Dicen que de pequeño era un niño feliz y muy querido. Lo cierto que recuerdo mi infancia y adolescencia como un infierno.
Fui a un colegio católico que para mi era más como un campo de concentración nazi. Constantemente escuchaba frases como “Eres un vago”, “No sirves para nada”, “Todo lo haces mal”, “No vas a llegar a nada en tu vida”, “Vas a sudar tinta china”, además de castigarme constantemente. Me sentí maltratado y humillado.
Con 14 años me diagnosticaron depresión. Me llevaron al psiquiatra y al psicólogo y lo único que hicieron fue mandarme unas pastillas que me dejaban atontado y dormido.
Me sentí profundamente abandonado por parte de mi familia, de los educadores y de los profesionales. Nadie me escuchaba, nadie me preguntaba cómo me sentía, por qué estaba así.
Aunque era muy mal estudiante, conseguí pasar los cursos y acceder a la universidad, donde estudié Trabajo Social. Antes de acabar la carrera conseguí el trabajo de mi vida en un servicio de emergencias sociales en Madrid. Tenía todo lo que se supone que te da la felicidad, pero yo no era feliz.
Comencé a tener graves problemas de estómago, insomnio, estrés y mucha ansiedad. Me quejaba por todo, no me aguantaba ni yo mismo. Nada tenía sentido, no veía salida a la situación, así que decidí quitarme la vida.
Preparando mi suicidio pasó algo, cuestioné cada segundo de mi vida y fui consciente que tenía que tomar el control de mi vida. Dejé de fumar, empecé a correr y cambié mi alimentación.
Me fui a vivir a Berlín, donde seguí mi crecimiento interior y conocí el mundo del coaching. Me gustó y me ayudó tanto que volví a Madrid a formarme como Coach para ayudar de verdad a otras personas. En ese camino conocí a uno de mis mentores que me ayudó a superar los miedos y bloqueos que me impedían avanzar.
Lleno de confianza y seguridad en mí mismo tras todo el proceso, decidí irme a vivir a Escocia solo, casi sin saber inglés.
Casi 3 años después de esa decisión, vivo en Edimburgo acompañando a otras personas a que vuelvan a conectar consigo mismas, que sientan el verdadero poder que tienen en su interior y que sean personas felices, tranquilas y con seguridad en sí mismas.
Todo ello a través de 5 valores que son esenciales para mi:
Que superes tus miedos y conectes con tu verdadero SER.
Después de acompañar a cientos de personas a aumentar la seguridad en sí mismas, a superar sus miedos y comprobar qué es lo que funciona, he ideado “El Método CREAR”.
Es imprescindible cuestionar absolutamente todo en la vida para comprender qué te ha llevado a la situación en la que te encuentras y, sobre todo, para llegar a la situación que deseas.
Tu mundo interior (invisible) crea tu mundo exterior (visible). O lo que es lo mismo, tus pensamientos son la causa de tus resultados. Cualesquiera que sean los resultados que estás obteniendo, sean ricos o pobres, buenos o malos, positivos o negativos, son un reflejo de tu mundo interior.
El cambio interior se ve reflejado en el mundo exterior.
Las emociones que experimentas son consecuencia de tus pensamientos. Por ello, es de vital importancia ser consciente de tus pensamientos y tus emociones, pues estos son en gran medida, responsables de tu felicidad.
Gestionando tus emociones estás tomando el mando de lo que pasa en tu interior para transformar tu mundo exterior.
No puedo expresar con palabras la importancia de las acciones. Los cambios positivos llegan tomando acción. La acción es el puente entre el mundo invisible y el mundo visible.
Por ello, los planes de acción personalizados y orientados a tu objetivo materializan los resultados deseados.
Son la consecuencia a tus acciones, los frutos visibles de lo trabajado en tu interior. Transformas tus pensamientos, aprendes a gestionar tus emociones para dar paso a la acción. Ahora es el momento de disfrutar del resultado.
Yolanda Gómez
Gloria Aguado de Crea tu Cambio
Xavi Roca
Completa el formulario que encontrarás más abajo, evaluaré tu situación y veré si estamos destinados a trabajar juntos.
Selecciono cuidadosamente a las personas con las que trabajo y solo lo hago con aquellas que están lo suficientemente comprometidas y dispuestas a transitar este camino junto a mí.
Si considero que podemos trabajar juntos, te llamaré personalmente para que nos conozcamos un poco y cerremos el acuerdo para comenzar a tomar el control de tu vida.
Sólo trabajo con 6 personas por programa para garantizar la personalización y la calidad del servicio. En caso de no haber plaza disponible cuando presentes el formulario, formarás parte de la lista de espera para comenzar en el programa siguiente.